viernes, 17 de septiembre de 2010

Lluvias de septiembre

   No se si es coincidencia que se sienta más la vida propia habiendo perdido la de un ser querido, pero es lo que yo he experimentado. Habiéndolo vivido de una manera especial y casi mágica, como si hubiera sido quizás un sueño, siento que ahora la vida me llena. Siento que nada es por casualidad, que hay hilos que tejen la vida, y que nos unen para siempre con los demás. Que hay almas que siempre estarán unidas unas a las otras, unas por un motivo, otras por otro.
   No tengo miedo a los cambios, creo que eso es vivir. Aceptar los cambios que la vida te da unas veces suavemente y otras de forma brusca y dramática.
   Estoy convencida de que los malos tiempos pasan y llegan otros nuevos y mejores. Que llevas muchos recuerdos y vivencias en la maleta de la vida y que la enseñanza más grande que te da la muerte es que hay que desprenderse de esas cargas, la físicas y las emocionales,  que inundan nuestro presente, le entorpecen, le enturbian.
   Deberíamos meditar habitualmente, aquietar la mente por unos instantes cada dia, para así, después de haber aliviado la mente, habiendola aligerado de tensiones, poder vivir el presente con plenitud. Vivir el hoy y el ahora.
    La transición de una estación del año a otra, como ocurre en este momento a finales de septiembre, es un buen momento para pararnos y observar que ocurre en la naturaleza y en nosotros mismos. Me encanta asomarme a la ventana cuando llueve, ver como el agua limpia, oxigena y llena de vida todo lo que toca, cerrar los ojos y escuchar el sonido de las gotas al caer y sentir la caricia de la brisa fresca y húmeda.
   Adoro esa sensación de recogimiento que nos impone, ese toque de queda a la locura del verano y su algarabía.     
   Adoro esa invitación a la caricia, al susurro, a las confidencias, a la media voz.
   Adoro la languidez que produce, esa dejadez maravillosa que se apodera de nosotros los días lluviosos, y que se opone a esta vida de prisas y quehaceres impuestos por nosotros mismos.
   Viviendo en un pais cálido y soleado, adoro esas nubes plomizas y grises que tiñen el hermoso cielo de Madrid.
   Aprovechemos la oportunidad, parémonos y vivamos.

1 comentario:

  1. Sencillamente... ¡Genial!. Me encanta estas palabras y puedo decirte que estoy totalmente de acuerdo contigo en todo lo que hay escrito en esta entrada.
    Gracias por visitarme.
    Un abrazo.

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