jueves, 12 de abril de 2012

Declaración de principios

   ¡Qué no!
   ¡Qué me niego!
   ¡Yo no tengo "pompis"!
   Ustedes pueden tener lo que quieran, ¡faltaría más!
   Pero yo lo que tengo es: Culo.
   ¡Qué no!
   ¡Qué no quiero tener pompis!
   ¡Pompis, pompis, pompis...! ¡Dios mio, qué "palabro"!
   Vale que mi abuela, o mi bisabuela lo dijeran...y que ellas lo tuvieran, no se...¡Pero yo, no!
   Puede ser culo, culito, culete, culote, culazo, culetito, culín.
   Si les da reparo decir tales palabras, las podemos sustiruir por gluteos, e incluso trasero.
   Seguro que si miramos en el diccionario, como hacíamos de pequeños a escondidas, salen muchos otros sinónimos más a mi gusto.
...¡Pero pompis!..."pom-pis".
   Cuanto más lo pienso menos me gusta, más raro me parece y más cursi.
   A buen seguro que muchos de ustedes utilizan, y les pido que me disculpen si este post les parece grosero o soez.
   Existen muchas otras palabras que una vez pronunciadas me suenan fuerte, no hablo de su significado, sino de su sonido, pero sinceramente, culo no me parece malsonante, y su significado es el que és, una parte de nuestra anatomía, sin más.
   Los habrá pequeños, grandes, delgados, gordos, apretados, respingones, musculados, blandos, duros, caidos, con hoyuelos, de bebés, de niños, de adultos, de ancianos, de mujeres, de hombres, de animales, blancos, morenos, con marcas, con lunares, con cicatrices, con manchas, como cocos, manzanas, o peras.  Pero culos todos.
   ¿Para qué le voy a llamar pompis, que no se qué es?
   Estoy pensando que en vez de titular la entrada como lo he hecho, podría haber sido mi segunda oda: "la oda al culo". La primera fue a los puntos suspensivos, que era algo más literaria, esta me ha quedado de andar por casa, pero es que el tema es el que és.
   Y como la cosa no da para más, aquí dejo mi pobre disertación culera.
(Si se me ocurriera alguna tontada más, pues la añado a posteriori, y punto.)

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