viernes, 12 de octubre de 2012

Si a un cazador le das

Si a un cazador
le das,
la mitad de tu alma
un día,
no te preocupes
romano,
que allí permanece
anclada.

Aún
sin su cuerpo
y su alma
vives,
en la libertad
que da
el sentirse preso,
preso del amor más dulce,

He de decirte
romano,
que de un cazador
un día
me hice tatuar
su aliento
en lo más profundo
de mi ser.

Y ahora mi ser tatuado
vive pintado,
pintado de su eterna mirada.
Con su negra tinta
inundando me
surcando el mar,
el mar que la huella
de su voz dejó.

Cuando veas mi mirada huir
tras los cristales perseguir las nubes,
sabrás
donde vuela mi alma,
donde
reposan mis sueños,
donde
el dolor me acaricia.

Por eso romano
aligera tu espalda,
que no es tu barco
al que me anclé.
Que ya mi hierro
al fondo llegó
y feliz,
hondo muere.

...si a un cazador le das la mitad de tu alma un día...




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